Aprender a conducir es un momento crucial en la vida, pues más allá de ser emocionante y divertido, es muy importante a hacerlo bien para evitar accidentes en el futuro. Por lo que también se vuelve relevante en qué vehículo aprendas y quién te enseñe a manejar. Usualmente es papá quien suele darnos las primeras lecciones de conducción, y evidentemente será su propio auto en el que esto se lleve a cabo. Pero, así como nos sucedió a nosotros, es muy probable que a nuestros padres les haya tocado aprender en el auto de nuestros abuelos. Así que en esta entrada de blog y con motivo del día del padre, tenemos una gran pregunta para el hombre más importante de nuestras vidas: Papá, ¿en qué auto aprendiste a manejar? ¡Sigue leyendo!
Hoy en día hay bastantes cosas que plantearnos al momento de elegir nuestro primer auto, como te hemos comentado en varias ocasiones, la oferta de modelos que podemos encontrar en el mercado mexicano actual es bastante amplia. Tanto, que incluso elegir el que consideremos ideal puede volverse una tarea ardua, sin embargo, en el pasado no era así. Pues en el pasado, precisamente cuando nuestros padres eran jóvenes, esta oferta no era tan amplia debido a que no eran tantos los modelos que se importaban al país o incluso los que se fabricaban dentro de México. Esto derivó en que, durante el siglo pasado, hubiera ciertos autos que se volvieran opciones bastante recurridas para ser ese primer vehículo.
Si nos remontamos a la década de los 70’s, los autos japoneses y europeos habían encontrado un área de oportunidad bastante interesante que había derivado de una fuerte escasez de combustible y que, evidentemente, hacía que lo usuarios necesitaran vehículos más pequeños y con mucho mejor ahorro de gasolina. Esta necesidad provocó el nacimiento de un compacto bastante querido por los mexicanos: El Renault 5.
Lanzado oficialmente en 1972, este pequeño Renault llegó hasta 1975 a México. Inicialmente no tuvo el impacto esperado debido a que no a todos les gustaba su diseño, pues la estética que presentaba no era algo común de ver en ese entonces, aunque otros compactos con prestaciones más o menos similares como el Fiat 500 y el MINI clásico eran ya bastante populares y llamativos a primera vista. Pero el enfoque de Renault 5 era un tanto diferente, de hecho, fue uno de los primeros autos compactos donde el espacio interior era capaz de albergar a 5 adultos de manera bastante cómoda.
Desafortunadamente, a México nunca llegaron las versiones con prestaciones elevadas, que son precisamente las que se utilizaban en competencias de rally y consiguieron bastantes logros.
Contaba con un motor 1.3 de cuatro cilindros que generaba 60 caballos de fuerza, lo que lo volvía una gran opción para el entorno urbano y claramente, se volvió uno de los predilectos para que los más jóvenes aprendieran a conducir a bordo de él. Pues al ser considerablemente más compacto que el resto de las opciones existentes, era mucho más fácil maniobrar en espacios reducidos.
Con el tiempo, en Renault 5 ganó bastante popularidad debido a sus características desenfadadas, e incluso se ganó su propio sobrenombre, el cual hasta el día de hoy es muy conocido. Estamos bastantes seguros de que al menos una vez has escuchado que alguien le dice a su carro “el zapatito”, pues sorpresa, el Renault 5 es “el zapatito” original.
Continuando con los autos que obtuvieron sobrenombres particulares, tenemos al Datsun 160J. Conocido en gran parte de la república como “el bolillo” o simplemente “guayin”. Este fue concebido con la idea de tener una versión más espaciosa que el Bluebird que, como dato curioso, fue el primer auto que Nissan produjo en México. Y se podría decir que fue la propuesta de la firma japonesa de brindar un auto económico y que funcionara bien para la familia. Evidentemente, también fue uno de los que probablemente sirvieron a muchísimos mexicanos para aprender a manejar.
Las razones detrás del porqué de la popularidad de este Datsun radicaban en que precisamente era un auto más que amplio, pero con un motor que no exigía gran consumo de combustible. Este era un 1.6 de cuatro cilindros que era considerablemente más ahorrador que muchos vehículos de la época, pues hay que recordar que seguimos hablando de la década de los 70’s y 80’s.
Años más tarde, el Datsun sería reemplazado por otro vehículo de Nissan. Claramente estamos hablando del exitoso Nissan Tsuru.
El Tsuru fue uno de esos autos que prácticamente era multiusos. Ya sea que fuera adaptado como taxi o utilizado como auto familiar, e incluso utilizado por numerosas escuelas de manejo, este simplemente estaba a la altura de la situación.
Era compacto, pero amplio por dentro, muy económico, con un bajo costo de mantenimiento y muy fácil de conducir. Por lo que el proceso de aprendizaje a bordo de él era más que sencillo. Es cierto que no tenía equipamiento de lujo o integraciones tecnológicas deslumbrantes, pues su gracia radicaba en justo ser un auto sencillo que tú mismo pudieras adecuar a tus necesidades.
Se comercializó en México de 1984 a 2018, así que en este punto es bastante seguro que incluso tú mismo hayas recibido lecciones de manejo en un Tsuru. ¿O nos equivocamos?
Por último, tenemos a un compacto que, al igual que el Nissan Tsuru, aún hoy en día podemos ver varios de sus ejemplares en las calles, incluso conducido por jóvenes. Esto se debe a que muy probablemente sean autos heredados de padres a hijos, e incluso adquiridos de segunda mano y afortunadamente se han mantenido en buen estado a través del tiempo. Este es el Chevrolet Chevy.
Fabricado por la armadora norteamericana, este pequeño se comercializó en México durante 18 largos años y claro que vendieron muchísimas unidades. Y gracias a sus características eficientes y ahorradoras, se convirtió en una gran opción para los jóvenes de finales de los 90’s y principios de este siglo.
El Chevy también resultó ideal para aprender a manejar con él. Y si tú tienes entre 20 y 25 años, es muy probable que tu papá haya tenido como primer vehículo uno de estos compactos. Este se ofrecía con transmisión manual o automática, lo que hacía que muchos jóvenes se inclinaran por él. Además, claro, del ahorro de combustible que ofrecía y lo fácil que era manejarlo a través del tráfico de la ciudad.
Con el tiempo se comenzó a comercializar su versión sedán y más tarde el modelo “Chevrolet Corsa”, que era un sedán compacto que inicialmente llegaría a sustituir al Chevy por completo, pero la compañía decidiría mantener a ambos en el mercado durante varios años debido a su buen volumen de ventas.
El auto en el que aprendemos a conducir nos marca por siempre y nos hace perder el miedo a muchas situaciones, por eso es importante tener en cuenta cuál será el ideal para ti. Si tú estás en búsqueda de ese primer auto, ya sea para ti o para tu hijo o hija, te invitamos a visitar nuestra entrada de blog con las mejores recomendaciones de la marca.
Platícanos en los comentarios acerca de cuál fue ese auto en el que tu papá aprendió a manejar. ¡Feliz día del padre! ¡Nos leemos en la próxima!
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