Si llegaste a este blog, debe ser porque ya leíste nuestra edición pasada y te quedaste con ganas de conocer más acerca de este increíble tema del que no muchos hablan, pero del que es bastante sencillo volverse fanático. Porque hay que ser muy honestos: El amor de la vista nace. Y precisamente retomaremos esta historia en el momento en el que creemos que se comenzó a poner más que interesante, pues fue justo cuando los distintos fabricantes empezaron a darle un enfoque más orientado hacia la deportividad a sus modelos.
Como podrás imaginar, hubo ejemplares tan bien logrados que se ganaron un lugar en la memoria colectiva de todos aquellos entusiastas que aprecian la estética y la evolución lograda en cada década. ¿Estás listo para dar el salto a la década de los 70’s con su furor por los muscle cars, los superdeportivos de los 80’s y la oleada japonesa de los 90’s? ¡Continuemos!
Antes de entrar de lleno en las tendencias de diseño de los 70’s, hay que entender qué es un muscle car. Pues esto será esencial para tener claro qué fue lo que marcó la pauta para los siguientes años.
Originalmente, a finales de la década de los 60’s un muscle car se definía como un auto –estrictamente– de origen americano que integrara un motor de 8 cilindros. Esto evidentemente elevaba las prestaciones que pudiera ofrecer un auto con una cilindrada más baja, pero lo interesante es que, en un principio, estos vehículos no tenían un precio para nada estratosférico, aunque esto cambió con el paso de los años. Incluso, en un principio, el propósito era convertir los autos utilizados en circuitos profesionales en vehículos de acceso para el público general. Y aunque no fue nada fácil realizar las adaptaciones necesarias para que fuera apto circularlos en las calles, finalmente se logró.
La creación del término muscle car se le adjudica a John Z. DeLorean…Sí, ese mismo que te imaginas. Él se encargó de popularizar en el continente americano la expresión italiana GTO –Gran Turismo Omologato–, esto era utilizado para referirse a un auto con prestaciones elevadas. Y como podrás imaginarte, el nombre muscle car precisamente es debido a su apariencia robusta.
Hablando estrictamente de los 70’s, podríamos decir que fueron los años en los que se marcó tanto el auge como el propio declive de los mucle cars. Pues a pesar de los increíbles diseños, el trabajo de ingeniería y el alto rendimiento que presentaban, la crisis de petróleo que se sufrió en esta década. Esto sin contar las regulaciones ambientales que se implementaron en buena parte del mundo porque, evidentemente, debido al tamaño de los motores que portaban, los muscle cars generaban muchas más emisiones contaminantes. Así que era mucho más difícil tanto exportarlos como siquiera intentar circular con ellos en algunas regiones.
Para muchos fanáticos, el muscle car por excelencia fue el Ford Mustang, que a pesar de haber sido lanzado una década atrás –1964, para ser más precisos–, alcanzó su punto máximo de popularidad en los 70’s gracias a los modelos Boss 302 y Boss 351.
Como te mencionamos hace un momento, las características que hacían que un auto entrara en la categoría de muscle fueron cambiando con el paso del tiempo, pronto el diseño jugaría un papel importante en la definición de estos autos. El portar una apariencia imponente y deportiva se había convertido en algo esencial, y no sólo por estética, sino incluso por aerodinámica que se requería para las exigencias del motor.
El aspecto que tanto distinguió a los muscle car marcó la pauta para la manera en la que se desarrollaría la estética en la industria, sobre todo para diferenciar los vehículos de uso común de los deportivos.
Y si te preguntas, en términos de diseño, qué andaba haciendo Nissan en términos de diseño, no estaba precisamente desarrollando muscle cars. Pues como recordarás, esta categoría sólo aplicaba para autos americanos, así que, aunque las prestaciones y la apariencia fueran similares, técnicamente no contaban como muscle.
Del otro lado del mundo, el Datsun 240Z se encontraba convirtiéndose en un ícono indiscutible de la compañía y de su segmento, que propiamente se clasifica como deportivo de alto rendimiento. Para este punto de la historia, Nissan se encontraba intentando hacer las cosas diferentes a sus competidores. Es aquí donde empezamos a notar los primeros detalles que marcarían la estética que tanto distinguiría a la compañía en los 90’s y principios del siglo actual.
Es así como saltamos a la categoría de los JDM, ¿ya los conocías?
Los Japanese Domestic Market, por sus siglas en inglés, son los autos fabricados y comercializados en Japón. Y más allá de sus especificaciones técnicas que se adaptaban por completo a las regulaciones para circular en el país, el diseño es algo que realmente hay que destacar de este mercado.
Fáciles de distinguir por sus líneas aerodinámicas y siluetas deportivas, los JDM marcaron un antes y un después en la cultura del automovilismo. Y aunque se comenzaron a fabricar en los 60’s, en realidad tuvieron su auge un par de décadas después, cuando se comenzaron a exportar al continente americano. Los JDM tomaron gran popularidad debido al –muy– limitado conocimiento de los entusiastas americanos con respecto al mercado asiático. Pues, en ese momento, debido a la gama que exportaban los fabricantes japoneses, se tenía la creencia errónea de que únicamente creaban vehículos compactos y económicos o utilitarios. Por lo que el conocer la existencia de esta corriente deportiva fue toda una sorpresa para el resto del mundo, sobre todo por sus atractivos diseño, que hay que reconocer, salían bastante de lo convencional en ese entonces.
Poco a poco, el público occidental sería testigo de la llegada de diversos autos provenientes de Japón. Entre ellos, el Nissan 300ZX, el Mazda RX-7 y el Toyota Supra. Recuerda bien estos nombres porque serán piezas clave en cuanto al tema de diseño de las próximas décadas.
Referente a los 80’s, te podrás imaginar que, como en todos los ámbitos, fue un caos. Aunque no necesariamente esto es algo malo, pues fue un gran momento para ponerse creativos, claramente la industria automotriz sería uno de los ámbitos qué más daría de qué hablar.
Esta década fue una de las más controversiales en cuanto a estética se refiere debido a los excesos de detalles y combinaciones cromáticas, incluso se podría decir que es bastante extravagante. Lo suficiente para provocar que los 90’s se distinguieran precisamente por ser todo lo contrario en cuanto a saturación.
Enfocándonos específicamente en lo automotriz, teníamos a distintos fabricantes en una extraña competencia por desarrollar al superdeportivo que más destacara. Sobre todo, teníamos en esta carrera a Lamborghini, Ferrari y Porsche creando modelos que desafiaban no sólo a la mecánica, sino que establecieron una nueva definición de lo que deportividad significaba.
Vehículos como el mítico Ferrari Testarossa, robaron por completo la atención de los aficionados. Lanzado en 1984, este superdeportivo equipaba nada menos que un motor 9.0 litros de 12 cilindros. Y para que te des una idea de la importancia de un buen diseño en un auto como este, fueron precisamente sus características tomas de aire las que ayudaban a optimizar el sistema de enfriamiento. Además, claro, de sus faros delanteros retráctiles que, al estar apagados, lo hacían más aerodinámico.
Saliendo un poco del ámbito deportivo, te hablaremos acerca del verdadero one hit wonder ochentero y su diseñador estrella. Nos referimos al DMC DeLorean. Lanzado en 1982 y fabricado durante únicamente dos años antes de ser retirado de la línea de producción. Este ícono de la cultura fue diseñado por el italiano Giorgetto Giugiaro, y es de él quien queremos platicarte, porque su obra ha sido más que importante para la industria. Diseñó varios modelos icónicos de los 70’s y 80’s, simplemente, a él le debemos la apariencia del BMW M1. Aunque también hizo aportes importantes al mercado doméstico, como el del Wolkswagen Jetta, Golf y el Fiat Panda.
Originalmente, Giorgetto buscaba hacerse de una carrera como pintor, pero al cabo de varios intentos fallidos para entrar a la escuela de arte, comenzó a laborar en la industria automotriz. Y con tan solo 19 años ya se encontraba en Fiat, de la mano del también italiano, Dante Giacossa, conocido por haber diseñado el Fiat 500.
Aunque sabemos de sobra que el DMC DeLorean fue un fracaso comercial, fue su diseño extravagante y futurista lo que lo hizo elegible para protagonizar la saga de Back to the Future, y el resto, es historia. Es así que llegamos a los 90’s.
La década anterior a esta estuvo dominada en gran medida por los modelos europeos, pero paralelo a esto, la industria japonesa tomaba mucha más fuerza. Incluso llegó a colocarse como el mayor productor automotriz a nivel mundial, aún por encima de Estados Unidos. Se estima que durante esta década Japón fabricaba cerca de 10 millones de unidades al año. A esta se le considera la época de oro para los autos japoneses.
A nivel diseño estaban pasando cosas bastante interesantes, pues hemos llegado al momento clave en el auge de la cultura del tuning. Al principio de la década, Nissan se encontraba a cabeza de las listas de popularidad y ventas, en gran parte debido al plan que en ese entonces ejecutaba la compañía japonesa llamado Movimiento 901. Este, esencialmente constaba de fabricar autos que tecnológicamente fueran superiores a cualquier otro que se lanzara durante esta década. El objetivo ya de por sí estaba siendo cumplido con los Fairlady Z y el Skyline GT-R, atrayendo por completo la atención ya no sólo del continente asiático, sino del americano, convirtiéndose así, en un par de íconos que todos querían tener.
Al comenzar a comerciar con ellos en masa, los entusiastas comenzaron a notar que el diseño se prestaba bastante para añadirle ciertos detalles personalizados, ya que, como podrás notar, a diferencia de lo que nos presentaban los 80’s, ahora los diseños adoptaban una estética minimalista. Y más allá de Nissan, se hicieron presentes más marcas niponas como Subaru, Toyota, Honda y Mitsubishi.
A grandes rasgos, a pesar de sus las diferencias entre una marca y otra, la estética japonesa se distinguía por portar líneas rectas, faros delgados y alargados, spoilers traseros y siluetas que hacían alusión a lo sport pero sin la carga visual que de pronto ofrecía un superdeportivo.
Así que podría decirse que los fanáticos del tuning comenzaron a tomarlos como “lienzos en blanco” para sus creaciones. Los expertos se dieron rienda suelta y las modificaciones no paraban, esto como una muestra de que el arte puede estar al alcance de todos.
El diseño automotriz tuvo un cambio radical rumbo a los primeros años del nuevo siglo, las tendencias empezaron a girar hacia el retrofuturismo y más tarde, por primera vez, el mundo comenzaría a poner bastante atención es los SUV y en reinventar su estilo. Quédate pendiente a nuestro blog porque muy pronto tendremos para ti la tercera y última parte de la emocionante historia del diseño automotriz. Y para ir calentando motores, platícanos en los comentarios, ¿Cuál es tu auto favorito de los 2000’s? ¡Nos leemos pronto!